En nuestra sociedad actual aún persisten tradiciones que se resisten al paso del tiempo, y tras décadas, siglos o incluso milenios de historia continúan manteniendo su esencia casi intacta, a pesar del impacto que puedan tener sobre ellas el turismo, la modernización o la globalización. Muchas de ellas nos resultan realmente sorprendentes por su extrañeza, mientras otras lo hacen por su increíble impacto visual.
Aunque están presentes por todo el mundo, el continente asiático cuenta con la mayor cantidad de festivales de este estilo. Asistir a uno de ellos es toda una experiencia para los sentidos, y algo absolutamente inolvidable.
Este es el caso del festival de Yi Peng, conocido internacionalmente como el festival de los farolillos de Tailandia. Es muy frecuentemente confundido con el Loy Krathong, con el que guarda muchas similitudes visuales. Se celebra durante el duodécimo mes del año Lunar en varias de las ciudades importantes del país, especialmente Chiang Mai, y atrae millones de visitantes. Sin embargo, esta fiesta popular trae consigo mucho más que una bella vista del cielo nocturno iluminado por los farolillos acompañados de bonitos fuegos artificiales al finalizar, pues se encuentra rodeado de leyendas.
Orígenes:
Como ocurre con la mayoría de festividades antiguas, especialmente en el continente asiático, los orígenes del Yi Peng son inciertos. Hay muchas leyendas que tratan de explicar cómo pudo darse lugar a este festival. La más conocida y aceptada dice que se celebró por primera vez en el antiguo Reino de Lanna, entre los siglos XIII y XVI aproximadamente. Su principal finalidad es agradecer a Buda la buena fortuna tenida durante el año y la época de monzones, así como la luz; además de buscar y aceptar un nuevo ciclo vida.
Otra leyenda mucho menos conocida afirma que procede de una festividad hindú ya perdida en el tiempo, en la que los fieles trataban de calmar la ira de Shiva, escribiendo sus malas acciones en papeles que se quemaban y dejaban ir con el viento, de donde podrían haberse originado los farolillos. Resulta sorprendente que el festival más famoso del país pueda proceder de una religión sin casi practicantes allí, ¿no creen?
Simbología y actualidad:
Sea cual sea su origen, lo que está claro para todos los visitantes del festival es el misticismo que trae consigo y todo lo que representa para los locales y sus tradiciones.
Actualmente, el festival se celebra para “liberar” todos los males acumulados a lo largo del año y dejarlos ir en el cielo nocturno. Por lo general, familias o amigos se juntan para lanzar sus farolillos, llamados “Khome”, y así compartir la experiencia y disfrutar su ascenso. Entre todos suelen superar las decenas de miles de Khome iluminando la noche, algo realmente deslumbrante e increíble. Con la inmensa llegada de visitantes esto se vuelve muchísimo más llamativo, pues los farolillos se pueden adquirir por poco más de un euro y medio al cambio, facilitando la participación de los turistas curiosos.
En contra de la creencia de muchos, este festival no es único de Tailandia. Hay varios otros países o regiones que celebran esta tradición a lo largo del continente asiático. Este es el caso de Taiwán y Malasia, aunque sus celebraciones guardan leves diferencias con respecto al tailandés.
Les dejaré con un vídeo muy cortito sobre el festival que encontré por Youtube, perteneciente al canal de Thomas J. Tiene imámenes muy bonitas y apenas dura dos minutos, les aconsejo verlo 😉
El Loy Krathong:
Debido a la proximidad tanto temporal como cultural entre ambas ceremonias, muchos los confunden y piensan que son lo mismo. Y esto no solo ocurre a turistas despistados. Muchos medios de comunicación y webs de viajes utilizan erroneamente el nombre Loy Krathong para hablar del Yi Peng.
Este festival es mucho más antiguo, y está más expandido por el territorio del antiguo Reino de Siam. Consiste en liberar barquitas artesanales sobre los ríos, generalmente acompañados de incienso o velas, dejándolas llevar por la corriente. Aunque puedan parecer muy diferentes, comparten su significado: dejar ir todo lo malo para poder centrarse en lo bueno.
El Loy Krathong puede no resultar tan espectacular visualmente como el Yi Peng. Sin embargo, al menos para mí, su sensación de espiritualidad es mucho más profunda e intensa. Si podéis visitar Tailandia, asistir al Yi Peng, pero por favor, no os perdáis el Loy Krathong. Os encantará, os lo aseguro 🙂
Algunos datos curiosos:
Hay algunas cosas realmente interesantes que hacen del Yi Peng un festival muy curioso y único. Además, se han hecho pequeños cambios para lograr aumentar la atracción por este ritual ancestral. Quizá pueda parecer que estas cosas matan la esencia del ritual, pero en Tailandia han sabido conservarla muy bien. Les dejo con una pequeña lista de curiosidades adicionales del festival 😉
- Aunque en un principio duraba solo un día, en la actualidad el festival puede extenderse por tres o hasta cinco días. Esto se hace para atraer turistas a la ciudad y aprovechar al máximo el potencial de la celebración.
- Se suele celebrar con luna llena y el cielo casi siempre está despejado, lo que favorece la visualización y da un toque aún mayor de misticismo si cabe.
- En muchos templos budistas, los monjes celebran el festival alrededor de las pagodas o edificios más antiguos y tradicionales, casi siempre rodeados de árboles y naturaleza. Así que si te alejas un poco de las grandes ciudades… ¡Podrás disfrutar de este mágico entorno que le da un aspecto similar al que tendría muchos años atrás! Ideal para transportarte a otra época.
Y con esto me despido por esta entrada. Como bien sabréis, el mundo esta repleto de lugares y tradiciones increíbles. Solo espero lograr ayudaros a descubirlos 🙂 Gracias por leer esta entrada, y que tengáis unas excelentes fiestas. ¡Hasta pronto!
